miércoles, 3 de septiembre de 2008

Chrome: ¿sólo un navegador o algo más peligroso para Microsoft?

Hasta hace poco, se esperaba que el Cromo (Chrome) de Google incluyese un sistema operativo para competir con Microsoft. Era tentador, pues permitiría al megabuscador líder –60% del mercado- pelear contra Windows Vista, que no empezó bien.


Por cierto, Cromo es “apenas” un navegador, pero en una web radicalmente distinta a la de principios de esta década, justamennte porque está Google. En aquel momento, Microsoft apeló a malas artes para destruir a Netscape con su Explorer y obtuvo la hegemonía en el negocio de buscadores.

Pero la web ha dejado de ser una galería que se visita y ha mutado en instrumento para comunicarse, trabajar, intercambiar información y hacer publicidad. Para los segmentos jóvenes,especialmente en economías centrales y alguna emergentes, servicios tipo MySpace o Facebook son indisopensables. Dicho de otro modo, el universo web 2.0 o, según algunos entusiastas, una futura 3.0.

Bien visto, un buscador es también un sistema operativo, aunque no sea técnicamente. No obstante, actúa como carátula (home page) de la computadora, otros adminículos y, sobre todo, internet. Por ejemplo, Cromo contiene un administrador de tareas –como Windows-, donde el usuario puede cerrar una pestaña colgada. Por tanto, la apariencia simple engaña: Google puso en línea una historieta de 35 páginas para explicar las ventajas ocultas de la novedad (www.google.com/googlebooks/chrome).

Sería engorroso detallar por qué el megabuscador líder haya creado un navegador en una plaza dominada por dos favoritos, Internet Explorer y Firefox. La compañía sólo señala que no desea dejar en terceras manos sus servicios en la web. Pero la cosa no es tan simple: quien controle el segmento de buscadores definirá la economía de la Red, algo que William Gates sabía desde hace rato. Ahora, Google opta por controlar el acceso.

El efecto de Chrome es ambivalente. Una mayoría de expertos sostiene que es un verdadero terremoto en el negocio, en tanto un grupo más chico –adicto a Microsoft- resta relevancia a los aspectos estratégicos. Pero una cosa es segura: la guerra que Gates le ganó a Netscape reaparece, corregida y aumentada. Hay una diferencia crítica: Microsoft sigue dominando el campo de batalla, pero no ya la iniciativa.

REFERENCIA

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